La Comisión Europea quiere unos camiones más aerodinámicos. Bruselas afirma que si se abandona el diseño cuadriculado de las actuales cabinas y se apuesta por un contorno más redondeado, la menor resistencia al aire producirá unos vehículos menos voraces en cuanto a consumo de gasolina, más verdes y más seguros. Podrían empezar a circular en 2018.
En primer lugar, se calcula que si los nuevos camiones adoptan un
perfil más grácil, el consumo de carburante podría reducirse entre un 7%
y un 10%, lo que en términos monetarios se traduce en un ahorro de
hasta 5.000 euros al año.
Además, si las aristas del morro frontal dejan paso a deflectores que
escupan el aire de una manera más eficaz, el medio ambiente también lo
agradecerá, en tanto que las emisiones de gases de efecto invernadero
podrían caer hasta 7,8 toneladas de CO2 por cada ejemplar.
Más allá de los réditos ecológicos que acarrearía la nueva legislación,
el Ejecutivo comunitario también advierte que la seguridad de los
usuarios más vulnerables que circulan por las carreteras se
incrementaría sustancialmente. Al mejorarse la visibilidad frontal y
lateral de las cabinas, los transportistas podrán percibir la presencia
de ciclistas y peatones más claramente, reduciendo así la posibilidad de
tener un accidente. Bruselas calcula que con la nueva normativa podrían
salvarse hasta 500 vidas al año.