Esos ingresos extra proceden tanto del IVA como del impuesto de hidrocarburos. Los recursos obtenidos por este último han crecido el 10% en ese período, ya que el pequeño descenso en el consumo de gasolinas fue compensado con creces por un aumento del gasóleo (del que se venden 5,5 litros por cada uno de aquellas, en concreto, 36.700 frente a 6.700 en el 2007). Así, los ingresos anuales que el Estado obtiene por este tributo han superado la escala de los 9.000 millones en que se mantuvieron en la pasada legislatura (2000-03) para situarse por encima de los 10.000, desde los 10.123 millones contabilizados en 2004 hasta los 10.715 millones del 2007. El impuesto sobre hidrocarburos es de carácter lineal y supone una tasa fija por cada 1.000 litros de carburante consumido, que oscila entre los 270 euros del gasóleo, los 372 de la gasolina sin plomo 95 y los 403 de la sin plomo 98 o la súper 97. Al contrario que en el IVA, un encarecimiento de los carburantes reduce su recaudación, al presionar a la baja la demanda.